Las terapias biorreguladoras están diseñadas para devolver el equilibrio a los procesos fisiológicos del cuerpo que se han visto alterados por diferentes factores del entorno y el estilo de vida.
Aspectos como una alimentación inadecuada, el exceso o la falta de ejercicio, la deshidratación, el insomnio o el descanso poco reparador, y especialmente el estrés crónico —incluso cuando no es percibido—, pueden provocar un desequilibrio en el sistema biológico. Este desequilibrio genera acumulación de toxinas en el cuerpo y es una de las causas más comunes de enfermedades crónicas y degenerativas.
¿Qué terapias biorreguladoras ofrece la medicina funcional integrativa?
Desde el enfoque funcional, el objetivo es restaurar los mecanismos naturales de autorregulación del cuerpo. Algunas de las terapias más utilizadas incluyen:
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💧 Ozonoterapia médica: oxigenación profunda, acción antiinflamatoria, antimicrobiana y regeneradora celular.
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🧪 Terapia ortomolecular: uso de nutrientes (vitaminas, minerales, aminoácidos) en dosis terapéuticas para restaurar el equilibrio bioquímico.
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🧬 Homotoxicología: enfoque que busca eliminar toxinas del cuerpo y estimular su capacidad de autoreparación.
Estas terapias no se aplican de forma aislada, sino como parte de un plan personalizado que considera la historia de vida, hábitos y necesidades únicas de cada paciente.
¿Por qué elegir terapias biorreguladoras?
Porque no tratan solo los síntomas. Actúan en las causas profundas del desequilibrio, ayudando al cuerpo a recuperar su función y vitalidad de manera natural, progresiva y respetuosa.
— Dra. Luz Elena Salazar
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